lunes, 9 de marzo de 2015

Odio los lunes multiplicado por 2.

Hoy es uno de esos días grises, aunque brille el sol, en los que veo su nombre en todos lados.
Era Marzo de 2012. Después de unos meses desindependizada por culpa de la maldita crisis, me encuentro con la noticia de un embarazo sorpresa.
10 años de relación con mi chico, sin trabajo estable, en casa de mis padres temporalmente y con la cabeza hecha un lío. Me moría de miedo. Ya soy adulta, pero siempre he sido muy independiente y autosuficiente y temía que esta situación me superase y mis padres se decepcionaran.
Después de alguna llorera, se lo conté a mi madre y ella, comunicó la noticia. Para mi sorpresa, ¡Todos estaban contentos! y yo, me relajaba.
A los tres meses, debido a las nauseas y mareos, el médico a regaña dientes me dio una semana de baja... que se fue alargando hasta el fin. La cita con el médico para recoger la baja se volvía tan estresante...
Eso, unido a una mudanza a nuestro nuevo nidito de amor, limpiezas, y todo el caos que podáis imaginar.
Las ecografías, eran momentos increíbles. Todo estaba bien y nos comunicaron que seriamos papás ¡de una niña!
Yo quería un niño, por que pensaba que daban menos preocupaciones (soy una paranoica) y podría cafrearlo, hacerle crestas, raparle y convertirlo en un gamberrete. Pero ser mamá de una niña también molaría ¿no? Pasaríamos del rosa, de los lazos y de los zapatitos moñas...
Noa, ese sería su nombre. Nada de nombres comunes ni repipis.
Aún no había nacido y su papá, productor musical, ya le había puesto su nombre a un tema. Que bien sonaba... NOA.
¿La fecha probable de parto? un 24 de Diciembre. Bromeábamos con pasar la Navidad en el hospital, cosa que no me preocupaba mucho, ya que para mi, no es más que una de las tantas reuniones familiares que hacemos.
Un lunes, a las 5 de la mañana empecé a sentir contracciones. Estaba ya de 8 meses. Haciendo caso a los consejos de mamá primeriza, esperé, envié a mi queridísimo a trabajar con la promesa de que no era nada, que si empeoraba, lo avisaría.
A las 8 y media de la mañana, me llamó :
    - "Me voy a montar en el coche de mi jefe para irnos, ¿estas segura que no es nada?"
Asentí,
    - "Vete, no es nada"
Mientras colgaba el teléfono, me arrepentía de mis palabras y lo llamé: -"Vuelve, no puedo más."
Mientras llegaba, me metí en la ducha entre terribles dolores. Avisamos a su tía y nos llevó al hospital.
Me metieron en la sala de reconocimiento, me sentaron en el potro y se dispusieron a oír los latidos.
La cara de desconcierto de la enfermera, hizo que yo, entrara en shock.
     -No la oímos, pero es posible que sea por la postura, pasemos a hacerte una eco.
Cual zombie, caminé tras una cortina sin saber siquiera como llegué.
Sólo recuerdo unos intensos ojos azules que confirmaban con un gesto con la cabeza, la peor de las noticias para una madre parturienta. No latía.
Me volví histérica y sólo repetía una frase: "Mi niña, por dios, mi niña"
Entró el papá desesperado al oírme.
La enfermera de esos intensos ojos azules, me agarró la cara y dijo: Tranquila, eres fuerte, y ahora, viene lo peor... tienes que parir y debes ser fuerte.
¿En serio? creía que era una broma de mal gusto, ¿debía parir? ¿Porqué no me la arrancaban de mi vientre y me libraban de tanto sufrimiento?
No pensé en nada, sólo se me vino a la mente al ver entrar a su tía una cosa: Vuelve a llamar a mi madre y dile que no venga, por dios, que no venga.
12 horas después de llegar al hospital, de recibir las visitas en la sala de dilatación de todos mis seres queridos,de hacerme la fuerte, de ver llorar desconsoladamente a mis padres, hermanos y demás...llegó la hora.
Entré en paritorio acompañada por mi madre y mi padre. Aproveché para evitarle ese mal trago al papá, que bastante había hecho ya.
No fue tan duro, como verle la cara a mis padres al tener que reconocer el cuerpo. Me negué a verla. quería mantener el recuerdo de su movimiento dentro de mi, sus volteretas y patadas, su reacción al escuchar música y sus saludos de buenos días en forma de zumbido. Y no recordarla inerte...
A la tristeza se unió el papeleo, la incineración, salir del hospital sin ella, que la gente pregunte, que todo sean pegas para arreglar la maternidad y poder cobrarla. Contar mi triste historia a todo funcionario público que encontré en el camino de tantas y tantas oficinas que visité.
Aún hoy, agradezco que mi pareja llevase todo el tema del seguro y su incineración discretamente mientras yo me recuperaba en la cama del hospital, que mi padre tuviera que reconocerla otra vez antes de que se la llevaran al crematorio, que me cuidaran esos días en su casa y que fuesen ellos quien vaciaran su habitación.
Agradecer a los profesionales del hospital de la mujer de Sevilla, el trato que nos dieron, lo bien que me trataron y el cariño y respeto que me dieron.
Tenía que esperar 3 meses para conocer la autopsia y poder intentarlo de nuevo, esta vez, con más ganas si cabía.
En febrero, nos llamaron, el resultado de la autopsia era concluyente. Muerte Súbita dijeron.
Que cuanto antes volviéramos a intentar quedarme embarazada, mejor sería para mi.
Y de nuevo, en Marzo, embarazada. La misma Fecha Probable de parto, niña y con más miedo que la primera vez... Trabajé hasta bien pasados los 8 meses, perdí 13 kilos en el embarazo (que me vino de perlas porque ser mamá con sobrepeso es un castigo)
No os lo vais a creer, pero, esos intensos ojos azules de la enfermera, fueron lo primero que vi al llegar al hospital esta segunda vez.
Y aquí está mi pequeña albondiguilla, y la razón por la que odio los Lunes multiplicado por dos... Y hoy, necesitaba desahogarme.
Y, cada día, un instante... volveré a pensar en ti.


                                        

10 comentarios:

  1. Siento como se me acelera el corazón y se me encharchan los ojos, no puedo ni imagina el dolor que debisteis sentir en ese momento, pero sobre todo tú.
    Da muchísima rabia pensar que estas cosas puedan pasarle a nadie. No es justo que algo tan bonito pueda ser tan triste.
    Un abrazo muy grande para ti

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    1. En una visita al hospital, para la primera eco, escuché en el ascensor a una señora "Está destrozada, venía a parir y se va a ir vacía."
      Pensé lo mismo que tú... ¿Cómo pueden pasar esas cosas? ¿cómo resiste una madre ese momento? Por desgracia, meses después, tuve mi respuesta...
      Sólo me queda un consuelo. LA NATURALEZA ES SABIA.

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  2. hola yo e pasado 3 veces por eso tengo dos hijos, y 5embarazos salir del hospital con las manos vacias, es lo peor,

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  3. Hoy odiaré los lunes contigo...

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  4. Mi niña...no hay nada que pueda decirte.
    Un beso

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  5. Todo pasa por algo, eso dicen y es verdad.
    Eres una persona fuerte, luchadora y encantadora!! Y tu todo se llama Ariana.

    Yo tambien pase por eso y aunque fue de poco tiempo en vez de undirme lo que hice es crecerme, y en una semana y sin saberlo me quede y hoy tiene 11 meses y se llama Martín y sin esperarlo y buscarlo viene de camino en 3 meses si dios quiere Alejandro.

    Y pienso que la vida así lo Quiere.

    Donde este, ese angelito cuida de la gordi gordi y te da fuerzas todos los dias.

    Eres Grande Mami.

    Un besote enorme.
    La Dire😘

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    1. La Naturaleza es sabia.
      Afortunados los niños de tener una mamá tan amable, simpática y guapa!
      Sabéis que me alegra que forméis parte de la historia de la vida de Ariana. Por que sois encantadoras...

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  6. Ya sabes cómo te entiendo...como ya te dije eres una superwoman.
    Ella siempre estará ahí, contigo, detrás de las casualidades...

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  7. Hay que tener mucha fuerza para eso, yo no llegué a terminar el primer trimestre, y no me puedo ni llegar a imaginar algo así. Ojalá nadie tuviera que pasar por esto.
    Besos

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  8. Animo amiga se lo que se pasa porque yo pase por ahí.. Mi niño se me fue con 14 días y fueron terribles ver como tu hijo se apagaba sin poderlo sacar de ahi..lo pase muy mal tanto que me costo tener a mi bebe 10 años y a día de hoy que ya am pasado 12 años y vive en mi cada segundo..la vida es difícil de entender pero ahí que vivir con ello

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