martes, 13 de octubre de 2015

La gran Familia Mele

Mi familia, es una gran familia.
Todo lo hacemos juntos.
Desde que tengo uso de razón, pasamos vacaciones, navidades, día del Pilar (Santo de mi abuela)...
Aún recuerdo mi mal día, ese 19 de noviembre en el que mi tío, permaneció horas y horas en la recepción del hospital, aún sabiendo que no subiría a verme.
Que mi primo, venía a casa, a hacerme reír, cuando solo podía llorar.
Recuerdo, que otro día feliz, todos y cada uno de ellos, vinieron a ver a mi pequeña.
Su primer cumpleaños, todos, estuvieron para que ella, se sintiera querida.
Que mi tía, la oye pasar y le falta tiempo para asomarse a la ventana y simplemente, saludarla...

Que mi gran familia, es una, unida y todopoderosa.
Y yo, tengo docenas de fotos de esta última celebración y deseando que llegue la próxima. 

Suerte tengo de tener una familia así.

Por cierto, esa gran familia, espero que no se escaquee el día 1 para mi gran mudanza, que me pasé ayer todo el día metiendo ropa en cajas y pensando que saldrían unas  4 ó 5 cajas, salieron 10.
Ya tenemos el 50% del trabajo hecho. 



Agradecida, emocionada...

Anoche, la desesperación se apoderó de mí ser.
El agotamiento físico y mental, causó estragos.
Deseando que llegara la hora de dormir abrazada a mi pequeña, me arrastré cual serpiente reptando a la cama. Y allí esperando encontrar La Paz y el descanso, me encontré con una vomitona causada por la balsa.
¡Qué bien! Justo lo que quería a las 12 de la noche de un agonizante día.
Las mamás también lloramos, de desesperación.

En un mes, mudanza.
Otra vez trastos de un lado a otro, pero con más ilusión, porque la pequeña Albondiguilla disfrutará de un alucinante cuarto de juegos. Un espacio solo para ella. Y ahí sí que lloraré. De alegría.

No tengo tiempo para nada. Ahora trabajo tooooodos los días, excepto el domingo ( que no se toca ) y almuerzo en casa de mis padres después de recoger a la pequeña en la guarde.
Para ellos, siento que somos una responsabilidad adquirida sin consentimiento. 
Pero ellos que van a decir, que están encantados de tenerla en casa mientras trabajamos... Pero me siento mal. No me gusta pedir favores. Y ya sé que son mis padres.. Pero me sabe mal. Ellos trabajan desde muy temprano y me molesta darles una carga extra.
Solo puedo decir: gracias como lo hago mil veces. Gracias porque sin vosotros, mis hermanos y mi primo Manuel, estaríamos perdidos. 
Ahhhh y a las seños de Hada Madrina, ellas son nuestros ángeles de la guarda.
Sin su paciencia, comprensión y dedicación, me tiraría de los pelos.
Supongo que no muchas mamis se olvidan de sacar el baby sucio de su respectivo bolsillo (soy un desastre).

Como bien dice mi primo, soy una pesada dando las gracias. Pero me educaron para ser agradecida. 
Agradecida y emocionada, solamente puedo decir ¡GRACIAS POR VENIRRRRRRR!