martes, 20 de septiembre de 2016

NO MORE BAD DAYS

3 años y 10 meses y un día.
NO es suficiente.
Siempre hay algo que me la trae de vuelta a mi pensamiento. Un "Noa" de boca de alguien, una embarazada, una noticia, un mes, un día, un número. O una imagen como hace unos minutos.

En la última mudanza, aparecieron todos los documentos, ecografías, análisis y cartilla de embarazo de Noa, que su papá de forma descuidada había guardado.
Había evitado verlo, como evité ver su cuerpo inerte en el paritorio.
Pero ayer, no pude evitarlo. Observé su silueta en ese pequeño trozo de papel, sus datos en cada revisión, sus fechas, su peso y sus medidas...
Mi hoja de alta del hospital y el informe médico.
Su recuerdo, lejos de difuminarse, crece como ella creció durante esos 8 meses. Con fuerza.

Quizás, resurge porque cuando nos sentimos tristes, las demás tristezas, se nos amontonan, se nos aglomeran en la garganta y quieren salir a borbotones en estado líquido y salado.
Se me desbordan los ojos.

Todos tenemos derecho a tener un mal día para vaciarnos, purgarnos. Pero sólo podemos permitirnos un mal día de vez en cuando, porque sino, el cuerpo y la mente se acostumbran.
Después, hay que secarse las lágrimas y morder la vida. Porque aún así, soy afortunada.
NO MORE BAD DAYS / NO MÁS DÍAS MALOS.


  Todos y cada uno de mis tatuajes, tiene una historia detrás.


Sin duda, cada día, un instante, volveré a pensar en ti.




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miércoles, 14 de septiembre de 2016

La Pequeña Albondiguilla, Hello Kitty y El cole de mayores.

12 unidades de braguitas infantiles de Hello Kitty. A la basura.

La Pequeña Albondiguilla se me hace mayor, pero a su ritmo.
Segundo día en el cole de mayores y ... ¡Lo volvió a hacer! Se lo hizo encima en el comedor.

Cuando la querida abuelita consentidora la recogió, se llevó el rapapolvo. Se había hecho caquita y no habían tenido más remedio que tirar las braguitas de Hello Kitty (menos mal, porque menudo regalito), una de esas 12 braguitas que le compré con todo mi amor, depositando en ellas toda mi confianza de no tener que pringarme nunca más.
La última que nos quedaba de nuestra amada Kitty.

-¡Vámos!¡Estaba hasta el cuello!- Así me han recibido amablemente ésta mañana en la puerta del cole.
Señora... ya irá conociendo a mi Pequeña Albondiguilla... Já!

Por lo demás. Supongo que como todos los niños ¿No? Una guerra para levantarse, para vestirse, para peinarse, para desayunar, para ir, pero cuando llega allí, ve a los amiguitos y es un encanto.
Pues si... escolarización lo llaman. CALVARIO para las padres diría yo.
Madrugón, paliza, ir, volver... es un castigo.
Ésto no está "pagao con ná".








jueves, 1 de septiembre de 2016

45 Días.

45 días que me han sabido a Puro Azúcar.
Después de esos 15 días de la Albondiguilla con la familia materna al completo en el campo y yo disfrutando de mi "soledad", nos dispusimos a partir a la playa.
Una quincena de "relax" junto al mar.
Ella se ha enamorado. Ha vivido su primer amor de verano, el pequeño Javi, al mismo tiempo que mi hermana y yo nos derretimos con su papá.
Pero como ya sabemos, el amor es así de cruel. La edad, era un inconveniente ya que no tenían las mismas metas. Ella correteaba detrás de él, mientras él se reía de ella con sus amigotes. Vamos... lo mismito que en el mundo de los adultos.
Y a mi, se me partía el alma. ¡Y me daban ganas de secuestrar a padre e hijo e invitarlos a ser felices con nosotras! Muahahahahaha (risa malévola)
Al menos, hizo ejercicio tras de él por la piscina.

Y Julio, acabó. Arrancandonos de aquella urbanización tan hiper mega super guay.
Agosto, ha sido de lo más rompedor.
Noches en el parque, reuniones y cenas con amigos, un fin de semana en un chalet donde la reina de la fiesta era la Pequeña Albondiguilla, visita al acuario, paseos por monumentos de Sevilla... y Felicidad. Mucha felicidad.

Peeeeeeeero, el verano, se va... y en 12 días, empieza ¡¡El cole de mayores!!
Que cierto es, que una madre nunca deja de sufrir.
¿Operación pañal? Ja- Ja- Ja- Ja.
Permitid que me ría.
Los pañales ya no existen en su vida. Incluso se despierta de madrugada para hacer pipí en el baño. Pero la caca.... Já! eso es otro nivel.
¿Recordáis cuando os hablaba de lo bien que come? Pues como decía mi abuela: " Como come el mulo, caga el culo ".

Nunca imaginé que me vería preguntando cada 5 minutos si necesita ir al baño cuando estamos fuera de casa... Porque, si se lo hace en casa, pues mira, no pasa nada... alguna vez ha estado a punto de romperse la crisma al ponerse nerviosa. Pero en la calle y justamente no llevo muda limpia encima... ¡Eso es una faena!
No os voy a decir cuántas braguitas de Hello Kitty hemos perdido ya.

Pero va mejorando. Sus rabietas son cada vez más fuertes, cada día se acuesta más tarde, duerme menos siesta, se ha vuelto más delicada para comer, ya no pide, exige... ¡¡Vamos!! Que la maternidad es un regalo.
Un regalo de esos que te haces a ti misma y dices: me gusta, pero, se que me voy a cansar a los dos días, para eso no me gasto el dinero... Y VAS Y TE LO COMPRAS!  (ironía modo ON, que después me llamáis malamadre).

¿Os habéis dado cuenta que llevaba mucho tiempo sin escribir? No he parado: 15 días que he estado sola, más los 45 maravillosos días que he pasado con mi pequeña... que se me hicieron muy cortos...

Otro día, os hablaré de lo caprichoso que es el destino...