martes, 13 de octubre de 2015

Agradecida, emocionada...

Anoche, la desesperación se apoderó de mí ser.
El agotamiento físico y mental, causó estragos.
Deseando que llegara la hora de dormir abrazada a mi pequeña, me arrastré cual serpiente reptando a la cama. Y allí esperando encontrar La Paz y el descanso, me encontré con una vomitona causada por la balsa.
¡Qué bien! Justo lo que quería a las 12 de la noche de un agonizante día.
Las mamás también lloramos, de desesperación.

En un mes, mudanza.
Otra vez trastos de un lado a otro, pero con más ilusión, porque la pequeña Albondiguilla disfrutará de un alucinante cuarto de juegos. Un espacio solo para ella. Y ahí sí que lloraré. De alegría.

No tengo tiempo para nada. Ahora trabajo tooooodos los días, excepto el domingo ( que no se toca ) y almuerzo en casa de mis padres después de recoger a la pequeña en la guarde.
Para ellos, siento que somos una responsabilidad adquirida sin consentimiento. 
Pero ellos que van a decir, que están encantados de tenerla en casa mientras trabajamos... Pero me siento mal. No me gusta pedir favores. Y ya sé que son mis padres.. Pero me sabe mal. Ellos trabajan desde muy temprano y me molesta darles una carga extra.
Solo puedo decir: gracias como lo hago mil veces. Gracias porque sin vosotros, mis hermanos y mi primo Manuel, estaríamos perdidos. 
Ahhhh y a las seños de Hada Madrina, ellas son nuestros ángeles de la guarda.
Sin su paciencia, comprensión y dedicación, me tiraría de los pelos.
Supongo que no muchas mamis se olvidan de sacar el baby sucio de su respectivo bolsillo (soy un desastre).

Como bien dice mi primo, soy una pesada dando las gracias. Pero me educaron para ser agradecida. 
Agradecida y emocionada, solamente puedo decir ¡GRACIAS POR VENIRRRRRRR!

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