martes, 9 de junio de 2015

Reflexiones de una Mamá Moderna Furiosa... Pero muerta de miedo.

¿A veces no os han dado ganas de coger una muda limpia y huir haciendo la croqueta?
Antes de la llegada de La Pequeña Albondiguilla, ya era una persona responsable, independizada desde los 18 años, trabajando y llevando adelante mi vida. 
Pero, jamás imaginé que educar y criar a un hijo, fuese tan agotador.
Es una sensación difícil de explicar, por que no es arrepentimiento de embarcarme en la maternidad, sino, cansancio unido a miedo.
No cambio a mi pequeña por nada del mundo, pero la vida me cambió taaaaaaaanto.
Antes, mis decisiones y acciones sólo me afectaban a mi. Ahora, todo, absolutamente todo, tiene repercusión sobre ella.
Conciliar la vida familiar con el trabajo y las labores, parece una misión imposible. 
Situaciones en las que no nos sentimos comprendidas, apoyadas o simplemente nos sentimos faltas de afecto.

Supongo que estas rachas, las pasamos todas.
Días en los que llegas a casa y no sabes por donde empezar a recoger. 

Días en los que la hora del baño infantil o la cena, se hacen interminables por que está tontorrona.
Días en los que quiere jugar antes de dormir, y yo, no tengo fuerzas ni para ir a la cama.
Pero en ese momento, se hacen de tripas corazón, se hace un último sobresfuerzo y tiras para adelante como puedes.
Es tan duro... que me hace cuestionarme si realmente lo estoy haciendo bien.

La inseguridad de la maternidad, querida enemiga.
Será que mi falta de energía me nubla la vista, pero, cuando escucho esa utopía de "Madres Modernas Trabajadoras y Perfectas" me entra la risa.
Me gustaría poder estar en optimas condiciones y ocupar mis horas libres con miles de millones de proyectos con ella. Y eso, hace que el sentimiento de culpabilidad aflore.

-Me estoy perdiendo la infancia de mi niña-

Pesa como plomo ésta reflexión.

Levantarme por la mañana con la piel tersa y las mejillas sonrojadas, perfectamente peinada. Sonriendo como hasta ahora, pero, de verdad.
Que ese abrazo de buenos días, no se acabara por que hay un horario estricto, porque mamá y papá tienen que ir a trabajar, porque para pagar un alquiler de una casa que no disfrutamos, hay que trabajar.
Que la vuelta de la guarde a casa, no estuviera cronometrada.
La hora de la siesta en familia, debería ser obligatoria por ley.
Obligatorio el uso de parques entre risas y meriendas de chocolate.
Como obligatorio debería ser que las madres y padres, no se perdieran ni un sólo logro de sus hijos en la edad de crecimiento y desarrollo.
Que nadie tuviera que describirme cómo mi pequeña albondiguilla, consiguió mantenerse en pie por primera vez, que nadie tuviera que explicarme que la canción que tararea, es "esa".

Todas estas cosas, deberían ser un derecho de unos padres, y que nada se interpusiera en el camino a conseguirlo.


Reflexiones de una mamá moderna, furiosa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Adelante, ¿Qué tienes que decir?