lunes, 4 de mayo de 2015

La madre que me parió.

Mi madre no es una mamá moderna, o al menos, esa es mi forma de verla.
No existen abuelas modernas... las abuelas son, abuelas. Hacen tartas de galletas, nos dan de comer puchero reconstituyente con mucho condimento, quitan manchas de la ropa que para las mamás modernas son imposibles, nos riñen por lo desabrigados que llevamos a los niños, compran caprichitos a los nietos...
¿ O no ? Quizás mi madre es una abuela peculiar.

Nací cuando mi madre era muy joven, recién cumplido los 18, por eso, la gente cree que somos hermanas.
Tengo una palabra que la define a la perfección: Luchadora. Supongo que como casi todas vuestras madres, pero la mía, tiene más mérito, os lo digo yo...
Hay algo de lo que presumo. Me hace sentir tan orgullosa... Mi madre, desde que tengo uso de razón e incluso desde antes, me sujeta la frente cuando he tenido vómitos. Es algo que me parece tan "tierno", una muestra de amor tan grande.. Aunque os parezca absurdo, para mi siempre ha sido importante, porque imaginaos dos embarazos con náuseas extremas...

Siempre trabajando para que no nos faltase nada. Nos ha dado su vida y su alma para que tuviéramos lo mejor. Buenos colegios, buena ropa, buen ambiente... y sobre todo, calor, amor y educación.

La he visto llorar, reír, sufrir y ser feliz. La he visto derrotada al venir de trabajar, la he visto como los ojos le hacen chiribitas al escuchar a mi hija decir "Abuela".

Hace poco, alguien me miró y dijo entre carcajadas:
  - ¡Ostras! es que eres "la Reyes", sois iguales hablando y  en los gestos, es que cierro los ojos y la oigo a ella.
Reconozco que me dio miedo. ¿A cierta edad nos convertimos en nuestras madres?  ¿Es así el ciclo de la vida? ¿Le diré a la pequeña albondiguilla - Ni maquinita ni maquinota- y así cambiando de género todas las palabras?

La admiro tanto...
Quizás de ella saqué ese buen humor y mi facilidad de ver el lado positivo de las cosas. Quizás ella me hizo a su imagen y semejanza. Quizás me esté convirtiendo en ella. Quizás lo mejor que me pueda pasar, es transformarme en ella. Quizás mi hija será tan afortunada como lo soy yo.

PD: Mamá, se que estás leyendo esto. Ya que me harás pasarte el enlace y lo repartirás como propaganda a todos tus contactos de Whatsapp, ese gran descubrimiento para ti... Y quiero que sepas, lo orgullosa que me siento, de que en el sorteo de la vida, el cosmos, me pusiera a mi, en la tuya.
Es imposible que alguien lo hiciera mejor, por que aunque el destino pusiera piedras en tu camino, tu las apartaste de una patada, como una campeona.
Ayer fue nuestro día, el día de las mamás, modernas o no, buenas o malas, mejores o peores... Pero tú... te mereces no un día, sino toda una vida de agradecimiento.

Eres grande gorda bella mía... Eres muy grande y aquí tienes tu espacio en mi blog.







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