Ya sabéis, que en mi vida, hay un papi moderno, que es "una Maruja".
Y como en esta vida no se puede tener todo, es muy apañado en la limpieza pero, el romanticismo, se lo dejó en remojo en la pila, junto a la lavadora.
El año pasado, la pequeña Albondiguilla tenía 7 meses, era nuestro 11%BA aniversario y habíamos decidido ir a cenar para celebrarlo.
Se la dejamos a la abuela y huimos como dos adolescentes.
Fuimos a un restaurante de una famosísima cadena y allí estábamos... nerviosos como adolescentes y él ya con su regalo puesto.
Había estado un mes, buscando por todas las joyerías/relojerías de Sevilla un reloj que se le había antojado. Como no lo encontraba, me puse en contacto con el fabricante directamente, hasta que después de mucho tiempo perdido, lo compré.
Hice que el bendito joyero escribiera una notita y lo enviara por mensajería para que llegara el día "A".
Lo recibió esa misma mañana en su trabajo. Alucinado se quedó.
Ahora me tocaba a mí. Temblaba como un flan. ¿Qué sería lo que había pensado para mí? Después de 11 años juntos, me conocería lo suficiente como para acertar. O eso pensaba yo.
Me dio un sobre alargado rosa "putón". Ya pintaba mal.
-Ayy dios mío, que a mi la cara de "¡¡¡Uiiii!!! que bonito, justo lo que quería" no me sale muy bien.
Abrí el sobre y allí estaba. El peor regalo posible para demostrar el amor y recordarlo para siempre.
No, no era una plancha. Aunque también la necesitaba. No, no era una olla Express, gracias al cosmos, por que le hubiera abierto la cabeza allí mismo con ella.
Redoble de tambores.
Era un Cheque de Yves Rocher para una limpieza facial. ¿HOLA?
¿Estás intentando decirme que tengo el cutis mal? ¿Que te hizo pensar que una limpieza facial era un buen regalo de aniversario? ¿A caso mis indirectas y verme haciendo ventosa en el escaparate de esa joyería no te sirvieron como pista para comprarme ese Casio Dorado?
Las hormonas se dispararon y me tiré media cena intentando no rociarte con Evacuol ese exquisito plato que pediste, aguantándome las lágrimas.
¿Que tonta cierto? Si lo que importa es el detalle. ¿?
Pues entre eso y que la cena, fue un desastre... fue un aniversario para el recuerdo. Y acabé llorando, mucho.
Por que sentí que mi aniversario, era con un ser extraño, que no me conocía, que no sabía que me gustaba, que me daba la sensación de que no me escuchaba.
Me sentí incomprendida. Que me había dejado la piel y la ilusión en su regalo y no había tenido recompensa.
Se acerca de nuevo el día. Y este año tengo un regalo para él.
Un par de bayetas monísimas. Para que el baño quede reluciente.
Muahahahahahahaha (risa malvada)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Adelante, ¿Qué tienes que decir?