Se trata de un libro, escrito por la socióloga Orna Donath, donde refleja el arrepentimiento, el odio y la culpa en la maternidad.
La maternidad, tiene dos extremos, uno muy aceptado, ya que inspira amor y ternura, que es la mamá que se siente afortunada porque sus hijos son lo mejor que le pasó y está super orgullosa. La otra mamá es la que cada día se arrepiente y piensa que sus hijos, cambiaron su vida a peor, chafando planes y metas. Siendo ésta opción, rechazada por la sociedad, al "creerla" antinatural.
Suena demasiado radical. Además, hay un punto especialmente "homicida" que da un poco de respeto... Pero, ya sabemos que de todo hay en la viña del señor.
Me hace pensar, ya que hace una referencia clara: ¿No pensaste nunca que estarías mejor sin tus hijos? ¿Nunca dijiste, si no hubiese sido madre, viviría la vida padre? ¿Para que me meto yo en estos berengenales? ¿Lo llego a saber y hubiera esperado unos añitos?
No neguéis, que miráis con desprecio a vuestra amiga sin responsabilidades que sale un sábado noche, con su conjuntito de moda sin ninguna mancha de Ketchup, sin tener que estar pendientes del móvil y sin pensar que la resaca del día siguiente será empeorada por los ruidos matutinos de unos niños, que para el cole no se levantan, pero un domingo a las 8 de la mañana, están de energía a tope. Anhelar tener más vida social, no estar limitados por horarios o rutinas. Estar en un restaurante y que por muy educado que sean tus hijos, son niños... y la lían.
AJÁ!
Lo habéis hecho. En algún momento de la maternidad, lo habéis pensado... Aunque desde mi punto de vista, no es ser una #MadreArrepentida pensarlo durante unos segundos. Como cuando se le cae una gominola al suelo a la pequeña albondiguilla. Si no pasa más de 3 segundos, no es caca. Aún es comestible. Y refuerza las defensas. Pues lo mismo.
Es normal preguntarse cómo sería nuestra vida si no nos pasaramos meses cambiando pañales. Es normal que a veces, cuando lloran y queremos tirarnos de los pelos, pensar que sin hijos, se vive mejor...
Pero, voy a caer en el topicazo. Que un abrazo al despertar, compensa todas las noches de cólicos. Que un "te quiero mami" remienda todas las frustraciones. Y que su cara de ángel al dormir, sobrepasa con creces todas las noches de "diversión" con amigos.
Si, soy una ñoña, lo sé. Pero también tengo mi punto de Madre Moderna Al Borde De Un Ataque De Nervios.
Sobre todo, éste sábado, cuando al volver de cenar de casa de unos amigos, se pegó todo el camino de vuelta berreando y pateando el asiento delantero del coche. Subió a casa llorando a grito pelao a las 01:30 AM (que mis vecinos pensarán que soy una madre horrible) y estuvo 45 minutos en la cama berreando cual Niña del Exorcista. Ser madre, es maravilloso... a ratos.
Y en el próximo episodio: Papis, quiero ir al Circo de la Patrulla Canina. "Pues ya que la llevo, le compro la entrada más cara para que Marshall, el dálmata bombero, le mee en la pierna".
Ayyyyyyy Dios mío...